domingo, 23 de mayo de 2010


Somos alma, pero somos mas cuerpo, carne, sangre y llanto,
no podemos volar ni reir,
miles de animales caro;eros nos sacan las risas a mordiscos cada ma;ana,
animales de cables y de circuitos.
Somo escalvos de nuestra mente y de nuestro pensamiento.
La sangre ya no fluye con la fuerza con la que lo hizo el primer dia del sol y la luna,
cada dia que pasa morimos.
No somos nada, vivimos entre karmas y no nos vemos las caras, y no nos vemos el alma
buscando entre recuerdos de ayeres se nos va la vida en lamentos
y rediculeses.
A veces parece que es mejor solo morir que morir viviendo.
la verdad putrida del recuerdo de lo que fuimos
solo me hace llorar ficticias lagrimas de sangre
que ya no siento pasar por mi rostro lleno de verguenza
por la culpa de la carne que cubre mis sentidos
y por la inconsistencia de la mentira que nunca nos dijimos sino que solo creimos,
no pretendo llorar, sino solo sentir mi cuerpo terrenal
que no se llena sino con la mas pura prueba de conocimiento.

el aire nos asfixia con la contamianada corrupcion del ser que no nos deja ser libres,
y tampoco tener la libertadad de no serlo, quiero caer y derramarme en fluidos corporales
que nadie recordara despues de que pase por la ventana de los recuerdos y de la memoria,
en un pincel llorar mis ultimas lagrimas de rojo sangre y de azul o gris muerte
para dejar una mancha en el piso del olvido.
solemos hundirnos entre papeles que nos roban las miradas y la saliva,
nos golpean las venas que no vemos,
se nos agota la memoria, se la toman en pocos sorbos que se desperdician en
arboles y carbon.
nos desvanecemos en recuerdos de lagunas,
nos registramos en pantallas para volar, y para volar no necesitamos
alas sino papeles y fotografias de rostros olvidados.
camianado hacia el abismo entre cables
el mundo gris se torna blanco,
cerramos los ojos y las tristesas de un libro invaden mi cuerpo
la gente camina y no hay reflejos negros en sus ojos,
ni en su lengua, los pies cansados de camianr se notan
latentes y frios en un calor exorvitante que quema mi carne.